
En la medicina natural el ayuno es uno de los remedios más poderosos y antiguos que existe. La capacidad curativa de la naturaleza se puede ver con toda su fuerza si permitimos que nuestro cuerpo pueda depurarse mediante el ayuno. Esta práctica es muy utilizada a lo largo de la historia en diferentes culturas y religiones. Así encontramos la Cuaresma y la Pascua cristianas, el Ramadán musulmán, los ayunos budistas o las abstinencias de hindúes y yoguis. Independientemente de las creencias religiosas y la espiritualidad, el ayuno es beneficioso para el cuerpo. El principal propósito de comer es fortalecernos y mantener nuestra salud. Pero el exceso de grasas, comidas procesadas o refinadas, aditivos, productos químicos, junto con la vida sedentaria y el estrés, pueden acabar intoxicando y debilitando nuestro organismo y nuestra salud. Experimentamos dolores de cabeza, cansancio, dolores generales, ganamos peso y nos sentimos viejos y debilitados. Hasta hace unos años se hacían ayunos a base de agua, pero resultan muy severos y se corre el riesgo de dejar durante ese tiempo al cuerpo sin los nutrientes necesarios. También desde hace un tiempo se llevan a cabo ayunos con zumos o caldos vegetales en clínicas especializadas, que requieren tiempo, desplazamientos y no suelen ser demasiado asequibles.

- Desintoxicación celular. El cuerpo expulsa las toxinas acumuladas en las células.
- Depuración del aparato digestivo. Durante los 10 días de la cura se evacúan aproximadamente 2,5 kg de materia fecal y residuos acumulados.
- Limpieza de la sangre, riñones e hígado. En ellos se acumulan muchas toxinas por medio de la comida, bebida y el ambiente que respiramos.
- Renovación de la piel y el cabello. El pelo crece con más vitalidad, desaparecen algunas manchas y arrugas y el resultado es un aspecto más joven.
- Pérdida de peso sin pasar hambre. Después de dos o tres días con la cura, el organismo se sitúa en un estado de equilibrio y no se suele sentir apetito. El estómago deja de producir los jugos gástricos que producen la sensación de hambre.
- Se elimina la retención de líquidos. Limpia el aparato renal y elimina los líquidos acumulados en el abdomen.
- Agudeza sensorial. Mejora la vista, el gusto y el olfato.
- Equilibrio acidez-alcalinidad de la sangre.
- Mayor lucidez. Ayuda a mejorar la memoria, atención y concentración.
- Aumento de la vitalidad. Durante, y sobre todo después, se suele dar un incremento del vigor y energía corporal.

Ingredientes de la Cura La cura de savia y zumo de limón originalmente se hacía solo con sirope de arce. Pero para asegurar un mayor éxito de la cura se desarrolló una fórmula que garantiza un nivel superior y equilibrado de minerales, oligoelementos y demás nutrientes. Esto se consiguió combinando los siropes de arce y palma. El sirope de arce, también llamado “jugo vital” es rico en carbohidratos y sustancias vitales. El auténtico sirope de arce es un bien preciado. La recolección se lleva a cabo por la mañana durante marzo y abril. Los árboles tienen que tener como mínimo cuarenta años para poder cortar la corteza y recoger la savia sin dañarlo. Para los indios, además de un alimento, era un tónico energizante. Contiene carbohidratos, aminoácidos, minerales, oligoelementos y vitaminas. El sirope de palma se obtiene a partir de una sola clase de palma del trópico. Se extrae cortando la punta de la palma cuando comienza a estar en flor. La savia cae gota a gota y se recoge en un bambú. Después se cuece hasta que toma consistencia. El sirope de palma tiene el sodio y potasio necesarios para que funcionen las células y desintoxicar el organismo. Para la elaboración del sirope de palma sólo se utiliza el néctar de las palmeras silvestres o de plantaciones de pequeñas aldeas y cooperativas locales. Se rigen por los estándares sostenibles y ecológicos. El otro ingrediente principal es el zumo de limón. Éste, es fuente de minerales y vitamina C indispensable para la salud de huesos, dientes y vasos sanguíneos. Esta vitamina también es antioxidante, ideal para combatir los radicales libres. Pero el limón también contiene flavonoides que facilitan la absorción de la vitamina C. Además en el zumo de limón encontramos ácido cítrico, que ejerce funciones importantes en el organismo como la fijación del calcio. Otros ingredientes son la cayena que disuelve las flemas y ayuda a regenerar la sangre, y el agua para elaborar la bebida. Se debe elegir un agua pura sin cloro ni contaminantes químicos, y, a ser posible, vitalizarla. ¿Cómo se prepara? Para un vaso grande:
- Dos cucharadas soperas de zumo de limón recién exprimido.
- Dos cucharadas soperas de Sirope de Savia.
- Una pizca de pimienta de Cayena en polvo.
- Agua tibia o fría.
- Zumo de cinco limones frescos.
- Dieciséis cucharadas de Sirope de Savia.
- La punta de una cucharilla de pimienta de Cayena en polvo.
- Agua.

A la hora de hacer la cura de savia y limón, podemos optar por una cura completa a base de ayuno o por semiayunos. La cura completa dura entre 7 y 10 días, durante los cuales solo se debe ingerir el preparado, sin ningún otro alimento. Se toman entre 8 y 12 vasos grandes al día de preparado. Se complementa con infusión laxante suave antes de la primera toma y antes de acostarse. Durante la cura se puede tomar agua e infusiones. Después de la cura se recomienda una transición de dos a tres días, ingiriendo fruta, zumos y caldos vegetales, y después continuar con una alimentación sana. La otra opción es el semiayuno. Mientras dormimos ayunamos y, de esta forma, permitimos que el organismo se regenere y recupere energía. El propósito del semiayuno es prolongar este ayuno nocturno, sustituyendo el desayuno y/o cena por 2 o 3 vasos de preparado. Así se le da al organismo más tiempo para descansar y recuperarse. Para que sea más eficaz, es necesario suprimir alimentos que retrasan la depuración, como por ejemplo la sal, embutidos, carnes rojas, fritos, harinas, alcohol, café… Este semiayuno es ideal para aquellas personas que se quieran preparar para llevar a cabo la cura completa o no estén preparados para realizarla. La duración aconsejada es entre 10 y 30 días. ¿Después de la cura qué? Una vez terminada la cura hay que dejar tres días de transición para que el metabolismo se habitúe de nuevo. Primer día: Desayuno: 1 vaso de preparado de Sirope de Savia y zumo de limón y una naranja. Media mañana: 1 vaso grande de zumo de naranja recién exprimida. Comida: 1 vaso de preparado de Sirope de Savia y zumo de limón. Merienda: 1 vaso grande de zumo de naranja recién exprimida. Cena: 1 vaso de preparado de Sirope de Savia y zumo de limón y una naranja. Antes de acostarse: 1 vaso grande de zumo de naranja recién exprimida. Entre comidas tomar una infusión depurativa para purificar la sangre. Segundo día: Desayuno: 1 vaso grande de zumo de naranja recién exprimida, una manzana y un plátano. Media mañana: 1 mandarina. Comida: manzana cruda con zumo de limón y Sirope de Savia. Merienda: 1 vaso grande de zumo de naranja recién exprimida. Cena: ensalada de frutas con zumo de limón y Sirope de Savia. Antes de acostarse: 1 vaso grande de zumo de naranja recién exprimida. Entre comidas tomar una infusión depurativa para purificar la sangre. Tercer día: Desayuno: una rebanada de pan integral y una naranja. Media mañana: 1 vaso grande de zumo de naranja recién exprimida. Comida: un caldo de verduras ligero, con verduras frescas y arroz integral. Merienda: 1 vaso grande de zumo de naranja recién exprimida. Cena: caldo de verduras con arroz integral. Antes de acostarse: fruta al gusto. A partir de ahí intenta continuar con una alimentación y estilo de vida lo más saludable posible para mantener tu organismo sano y sentirte bien. Anímate a empezar la cura de savia y zumo de limón y tú mismo comprobarás los resultados. En El Bazar Natural disponemos del auténtico Sirope de Savia Madal Bal. Más información en: www.siropedesavia.net
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