Una vitamina necesaria en el embarazo.
El ácido fólico es una vitamina del grupo B, en concreto B9, hidrosoluble (se puede disolver en el agua), que ayuda al organismo en el mantenimiento y creación de células nuevas.
El ácido fólico es especialmente necesario durante el embarazo para un correcto desarrollo del feto y para ayudar a prevenir posibles defectos en el tubo neuronal del bebé, como puede ser la espina bífida. Pero esta vitamina no sólo es necesaria durante el embarazo, ya que un déficit de ácido fólico en nuestro organismo puede desencadenar anemia u otros trastornos. Es una vitamina necesaria para la producción de nuevas células y estructuras, aumento de la masa muscular, curación de heridas o en las etapas de desarrollo. Interviene en el crecimiento y renovación de huesos, piel, cabello, uñas, y de todas las células.
¿Cuáles son las funciones del ácido fólico en nuestro organismo?
El ácido fólico es imprescindible para la síntesis del material genético de las nuevas células. Interviene en la forma en que el organismo inserta en los aminoácidos el código de ADN para fabricar órganos, piel, huesos, etc.; por eso es especialmente necesario durante el embarazo para la correcta formación y crecimiento del feto.
Participa en el crecimiento, construcción y reparación de células y tejidos. Se utiliza para producir RNA, necesario junto con las proteínas, vitamina B12 y vitamina C, para la formación de proteínas, actuando de coenzima.
Es necesario para el sistema inmunológico. El ácido fólico ayuda a una producción de leucocitos mayor y de mejor calidad, por lo que contribuye a reforzar las defensas y el sistema inmunológico; además, interviene en la formación de los glóbulos rojos, haciendo que la sangre sea de más calidad.
Por lo tanto, podemos decir que son necesarios unos adecuados niveles de ácido fólico para el correcto crecimiento y mantenimiento del cuerpo.
¿Cuándo necesitamos un aporte extra de ácido fólico?
- Durante el embarazo y la lactancia. Esta es la propiedad más conocida del ácido fólico. Es necesario durante la concepción, embarazo y posteriormente en la lactancia. El ácido fólico, junto con la biotina y la cobalamina ayudan a mejorar la fertilidad. Por lo que se recomienda aumentar la ingesta diaria de ácido fólico tres meses antes del embarazo y continuar después, durante el primer trimestre, para prevenir malformaciones. Después, durante la lactancia, también es necesario que la madre ingiera ácido fólico. Así aportará al bebé, a través de la leche materna, el ácido fólico necesario para crecer.
- En casos de anemia megaloblástica. El ácido fólico es necesario para la formación del grupo hemo, substancia de la hemoglobina que contiene hierro y transporta el óxigeno por la sangre. Un déficit de ácido fólico provoca cansancio por anemia megaloblástica. Se produce un aumento anormal del tamaño de los glóbulos rojos, debido a la incapacidad de las células de separarse durante su multiplicación.
- Para mejorar la salud cardiovascular. El ácido fólico con la cobalamina, piridoxina y los antioxidantes, pueden neutralizar la homocisteína, un aminoácido que, en niveles altos, se relaciona con problemas circulatorios. Por lo tanto el ácido fólico ayuda a mejorar la salud del corazón y a prevenir complicaciones cardiovasculares.
- Las verduras de color verde intenso: espárragos, alcachofas, espinacas, remolacha, coles de bruselas…
- Frutas como el aguacate (es la fruta más rica en ácido fólico), los cítricos, mango, kiwi, fresas, arándanos, frambuesas, etc.
- Cereales integrales, legumbres (lentejas, garbanzos, alubias, guisantes), frutos secos y semillas (girasol, avellanas, tahini, nueces, sésamo).